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Qué decisiones financieras nunca debes tomar

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Una mala decisión y tu vida cambia para siempre. Y si encima es una decisión financiera, es posible que pagues (literalmente) las consecuencias durante mucho tiempo. Y algunas son más que catastróficas. 

Las decisiones financieras y, sobre todo, las malas decisiones financieras, pueden meternos en un torbellino de caída libre económica y emocional de la que nos cueste salir. 

Para prevenir que caigas en un error financiero y advertirte sobre las consecuencias de las malas decisiones económicas, en Fintya hemos recopilado las 7 decisiones financieras que nunca debes tomar. A veces, conocer las consecuencias ayuda a decidir adecuadamente qué camino recorrer… ¡y con cuánto dinero!

  1. Consumir, consumir y consumir

Endeudarse por un mero afán de consumo es una de las peores decisiones financieras que puedes tomar. En eso, todos estamos de acuerdo. Siempre que sea posible, debemos evitar el crédito de consumo. No toda adquisición de bienes constituye un aumento de patrimonio, sino que se limitan a ser meros gastos que dinamitan la economía doméstica a límites insospechados. 

Repite con nosotros: no, no necesitas eso que acabas de ver por Internet. No lo necesitas. 

Y no te engañes. Si piensas que has estado aumentando tus bienes, deberías replantearte sus verdaderos beneficios. Piensa que los bienes que has adquirido no son más rentables con el paso del tiempo.

El diferencial con respecto a los intereses nunca es positivo, así que piénsate si quieres tener un doble gasto: la inversión a cargo de tu liquidez y la depreciación del producto.

  1. Falta de un colchón de ahorro

Que levante la mano el que no ha vivido por encima de sus posibilidades ni una sola vez. Cuando esto se trata de una etapa o un momento puntual, es relativamente solventable. El problema surge cuando no hay un ahorro debido a ese derroche. 

De hecho, no tener ahorros es una mala decisión financiera. Lo conveniente es disponer de un colchón de ahorro para poder hacer uso del mismo ante un suceso inesperado, un imprevisto o una urgencia. Tal vez ese pequeño colchón salve tu economía si todos tus electrodomésticos deciden estropearse al mismo tiempo.

  1. Invertir o no invertir, esa es la cuestión

Tal vez invertir te puede parecer un riesgo demasiado alto o una temeridad. Incluso una mala decisión financiera. Pues es un error.

La mala decisión financiera es precisamente lo contrario. No invertir. A todas luces, es un error puramente financiero. Tal vez el que más se ajusta a la verdadera naturaleza de las malas decisiones financieras. Porque, el resto, si nos apuras, pueden hasta ser decisiones de la vida, de la rutina, la convivencia, etc. 

Obviamente, no se trata de invertir en activos de alto riesgo. No queremos que te suicides financieramente. Pero entre eso y una pequeña inversión moderada o de bajo riesgo, hay un abismo.

No invertir solo hará que tus ahorros se los coma la inflación (que siempre ha venido creciendo), así que te habrás esforzado por hacer crecer tu colchón sin conseguir la máxima rentabilidad. 

  1. Comprar una casa, un piso, un loft

¡Lo que más te guste! Pero ojo… ¿es la mejor decisión financiera? Pues no lo parece, en algún caso.

Los precios disparados, inmuebles que están por encima del margen de riesgo que podemos asumir. ¿Recuerdas la burbuja inmobiliaria que hizo aparición a las puertas del recién estrenado siglo? La recuperación económica no fue como se preveía y el mercado volvió a saturarse, con precios de inmuebles muy por encima de lo admisible.

Y si a todo eso le sumas la subida de suministros, la inflación y las consecuencias que venimos arrastrando desde la pandemia, difícilmente parece recuperable esa inversión tan significativa.

  1. No tener controladas tus finanzas

Seguro que has pasado de decir que no llegas a final de mes a pensar que ni siquiera llegas al principio. Una mala decisión financiera es no saber exactamente qué ingresos y qué gastos tienes mes a mes y no saber ser responsable con las finanzas personales. 

Tal vez puedes estar manejando bien tu patrimonio o se está escapando el dinero por algún lugar que no tienes controlado, como suscripciones o gastos innecesarios que no necesitas. 

Ahorro

  1. No saber manejar la inflación

Es evidente que es un valor que se va a escapar a tus decisiones, pero lo que sí puedes decidir es cómo manejar tus gastos en función de cómo va subiendo el precio de la vida. Habrá subidas en las que debas reorganizar tu estilo de vida y eliminar esos gastos que hacen que te asfixies económicamente. 

Gastar más no va a hacerte más feliz. Lo que te producirá satisfacción es gestionar más adecuadamente el capital que entra cada mes en tu vida. 

  1. Comprar productos sin entender sus condiciones

No vale de nada que jures en arameo contra la entidad financiera que te ha otorgado una ayuda económica o que quieras matar al profesional que te suscribió un seguro de accidentes porque no te dan la cobertura que esperabas.

¿Has leído las condiciones? ¿Tienes claro qué te ofrecen y qué estás contratando? Y lo que es más importante, ¿sabes si estás contratando exactamente lo que necesitas?

Ya no se trata de que oculten la información, sino que no leemos la información al completo antes de aceptar un contrato de servicios o productos financieros.

Asesórate adecuadamente 

Para tomar buenas decisiones financieras, lo mejor es contar con el asesoramiento de profesionales especializados que puedan orientarte y darte las pautas para tomar el control de tus finanzas de forma efectiva. Y, sobre todo, para no arriesgarte a tomar malas decisiones financieras que te echen de cabeza a un pozo del que cuesta mucho salir. 

Si te encuentras en uno de esos momentos en que no sabes cómo solucionar tus problemas financieros y temes seguir tomando decisiones que compliquen tu economía doméstica, en Fintya tenemos todos los productos de financiación necesarios para ayudarte a volver a organizar tu vida en materia económica y empezar a tomar buenas decisiones sobre tus finanzas. 

Consulta con nuestros especialistas y toma nota de qué decisiones financieras nunca debes tomar para volver a llevar las riendas de tu economía de una manera sana y rentable.