Administrar correctamente nuestras finanzas nos permite hacer frente a los gastos de nuestro día a día, las necesidades que podamos tener y las contingencias que puedan surgir.
Tener el control adecuado de nuestro dinero nos permite gestionar adecuadamente nuestra vida. Pero hay ocasiones en que necesitamos solicitar una cantidad de dinero más o menos mayor para financiar o soportar un proyecto, negocio o necesidad. Es en esos casos en que nos planteamos solicitar un crédito, un préstamo o una póliza.
Tener claro qué es cada cosa nos ayudará a elegir el mejor producto financiero para cada necesidad y no incurrir en errores que pueden suponer un mayor gasto de dinero y una documentación o aval en ocasiones innecesarios.
Términos financieros, ¿qué es cada cosa?
En líneas generales, tendemos a utilizar erróneamente los términos financieros. Crédito, préstamo y póliza son tres servicios bancarios totalmente distintos. De hecho, es frecuente que una póliza de crédito se confunda con un préstamo o que el crédito personal cause confusión con respecto al crédito financiero.
Para conocer las diferencias entre estos tres productos, conviene saber qué es un crédito, qué es una póliza y qué es un préstamo, así como el funcionamiento de cada uno.
¿Qué es una póliza de crédito?
La definición de póliza de crédito parte de un modelo de financiación, al igual que los otros dos términos. La diferencia, en este caso, consiste en que las pólizas no son préstamos corrientes a disposición del solicitante.
Es un tipo de crédito que se suele otorgar a las figuras de autónomos y pymes por parte de una entidad bancaria y del que pueden disponer siempre que les resulte necesario.
En resumen, es una cantidad de dinero disponible para ser usada a medida que se necesite y por la que solo se pagan los intereses por ese dinero que se retira. Es decir: no se paga una cantidad total de intereses por el monto solicitado, sino por la cantidad del mismo que utilicemos.
¿Qué es un préstamo bancario?
En este tipo de operación financiera, la entidad (o prestamista) concede mediante contrato una cantidad de dinero determinada para invertir a una persona o entidad( prestatario) a cambio de beneficiarse de una cantidad correspondiente a los intereses. Es el precio del dinero.
La devolución de dicha cantidad será satisfecha mensualmente, sumándole a mayores el tipo de interés marcado para un plazo determinado.
Existen varios tipos de préstamos en función de su naturaleza. De esta manera, nos encontramos con modalidades como el préstamo simple o el préstamo americano, los de prestación y los de prestación única, entre otros.
¿Qué es un crédito?
Un crédito es un préstamo de dinero que se le concede a un particular o empresa para que nos lo devuelva junto a un tanto por ciento de intereses en un tiempo previamente pactado.
Se conjugan las figuras de acreedor y deudor en esta figura que suele solicitarse para el pago de un vehículo, una inversión, la compra de una vivienda y otras muchas razones.
Diferencia entre préstamo y póliza
Aunque son dos figuras financieras a las que suelen recurrir los autónomos y las pequeñas y medianas empresas, se trata de dos productos muy diferentes. Como adelantamos, es normal confundir ambos términos. Sin embargo, su funcionamiento y características son totalmente distintos.
Atendiendo a su propia definición, la diferencia principal entre póliza y préstamo es que con este último los intereses a pagar corresponden al total del dinero concedido, mientras que en lo que respecta a la póliza solo abonaremos los intereses derivados de la cantidad de dinero que utilicemos.
A mayores, otra diferencia es que el dinero de un préstamo es inyectado en la liquidez de la cuenta del autónomo o pymes de forma directa, mientras que en el caso de la póliza solo tenemos acceso cuando necesitemos dinero.
Los préstamos suelen solicitarse para hacer frente directamente a una deuda o necesidad económica, mientras que las pólizas se solicitan como línea de financiación para posibles necesidades.
Diferencia entre préstamo y crédito
Aunque ambas figuras son productos bancarios que permiten al solicitante disponer de capital, son mecanismos de financiación que tienen objetivos muy diferentes.
Por una parte, y tal y como observamos en las diferencias entre póliza y préstamo, en este caso el dinero se concede todo junto para ser utilizado según se necesite e incluye una serie de impuestos inherentes al total de la cantidad. La gran diferencia radica en la temporalidad.
Por su parte, el crédito es un modelo más flexible que permite disponer del dinero en función de las necesidades. Se establece un límite de disponibilidad y el cliente puede ir disponiendo de la totalidad de la financiación concedida o solo de una parte. O nada.
En cuanto al préstamo, es una operación con una duración determinada que concluye una vez amortizado el capital y los intereses, sin que exista la posibilidad de disponer de más dinero (a excepción de si se contrata otro préstamo).
En el caso del crédito, se puede seguir disponiendo de dinero a medida que se devuelve, siempre que no se supere el saldo total dispuesto inicialmente. Normalmente, el crédito suele renovarse anualmente para permitir al cliente seguir usando esa línea de financiación, mientras que el préstamo suele tener un plazo de concesión de varios años.
Los intereses del préstamo se cobran sobre el total del dinero prestado y deben devolverse en las cuotas determinadas en el contrato, al mismo tiempo que el dinero. Los intereses del crédito suelen ser más altos que los del préstamo, pero solo se aplican a la cantidad de dinero que se utiliza (aunque hay casos en que se aplica una pequeña comisión por saldo no dispuesto).
El uso de un crédito acostumbra a ser para una falta puntual de liquidez o una compra concreta, además de solventar desfases entre cobros y pagos en el caso de las empresas, mientras que los préstamos suelen financiar la compra de bienes o servicios exclusivamente.
Crédito y póliza, ¿puedo optar a ambos?
Se trata de dos modalidades de financiación orientadas a dos modelos de clientes muy diferentes. Tanto empresas como particulares pueden solicitar un crédito a una entidad financiera, mientras que las pólizas están reservadas a autónomos y pymes.
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