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¿Cuánto debo ahorrar para imprevistos?

Disponer de un pequeño colchón financiero es fundamental para poder afrontar los imprevistos que puedan surgir pero, ¿cuánto dinero hay que tener ahorrado para cubrir un imprevisto?

Cada vez son más las personas que no solo miden sus gastos ante el aumento de la inflación, sino que buscan generar un porcentaje de ahorro que les permita hacer frente a posibles imprevistos.

Para no verse entre la espada y la pared ante un aprieto impredecible, es conveniente disfrutar de un buen colchón financiero

En este artículo te contamos cuánto dinero hay que tener ahorrado para imprevistos y cómo conseguir alcanzar esa cantidad.

Qué es un colchón financiero

Hablamos de colchón financiero cuando nos referimos a la cantidad de dinero que una persona tiene ahorrada y guardada para poder afrontar un problema económico o un gasto imprevisto sin quedarse sin liquidez ni arriesgar sus finanzas personales.

En resumen, esto es un fondo monetario personal que permite a cada persona solucionar un contratiempo económico sin llegar a endeudarse. 

El dinero ahorrado puede estar depositado en una cuenta bancaria o en un producto de ahorro, como los fondos de inversión o los planes de pensiones. En todo caso, es un dinero que no está disponible para los gastos del día a día, sino que se reserva para una emergencia o para sacarle rentabilidad.

Aún cuando se disfrute de una buena salud financiera, no está de más contar con un colchón económico que aporte tranquilidad. Un seguro de imprevistos que dé cobertura a cualquier contratiempo que pueda poner en riesgo las finanzas personales o sirva de protección ante una mala decisión financiera, evitando aumentar el nivel de endeudamiento.

No se trata de “dinero perdido”. En todo caso, si no es necesario recurrir a ese capital para enfrentar un imprevisto, siempre se puede disponer del mismo para una inversión o para darse un capricho. 

Cómo crear un colchón financiero

Nuestra capacidad de ahorro depende de dos factores fundamentales: ingresos y gastos. Para marcar un objetivo realista sobre la cantidad de dinero que podemos reservar en un colchón financiero debemos tener en cuenta ambos conceptos. 

Los objetivos de ahorro deben ser realistas y fijarse en base a las rentas y los gastos fijos y variables. De nada vale reservar una cantidad de dinero a la que en unos días necesitemos recurrir para abonar una factura. De hecho, metas de ahorro demasiado altas pueden desanimarnos a conseguir generar un colchón financiero adecuado. 

Lo mejor a la hora de fijar unos objetivos de ahorro es ceñirse a la norma 50/20/30. Esta regla determina que cada persona debe destinar un 50% de sus rentas a los gastos cotidianos, como el alquiler o la hipoteca, el pago de suministros o la alimentación, un 30% a los gastos de ocio y un 20% para el ahorro.

Estos porcentajes son orientativos, ya que deben adaptarse a la situación de cada persona, a sus obligaciones y a las cargas que tiene en cada momento. Habrá casos en que algún usuario solo pueda ahorrar el 10% de su salario, mientras que otros puedan incluso alcanzar el 30%.

Sea cual sea el porcentaje que puedas permitirte, lo importante es determinar un objetivo e ir ahorrando para crear un fondo de emergencia. Esto se puede conseguir ahorrando mes a mes un poco de dinero, pero también hay métodos de ahorro que te ayudarán a conseguir el objetivo de crear un colchón financiero.

Métodos de ahorro para fondos de emergencia

El objetivo de los colchones financieros es conseguir apartar determinadas cantidades de dinero para ahorrar un capital que nos permita afrontar imprevistos sin tener que recurrir a algún tipo de préstamo o endeudarnos. Pero también se recurre a un fondo de emergencia para que genere rentas y permita alcanzar objetivos financieros más rápido. 

¿Cómo ahorrar dinero para disfrutar de un colchón financiero? Hay muchas maneras de hacerlo:

El reto del céntimo: Es un plan de ahorro anual consistente en meter un céntimo más cada día. Es decir, el primer día sería un céntimo, el segundo dos, el tercer día tres céntimos… y así consecutivamente.

El método de los sobres: Esta técnica consiste en reunir todas las rentas, salarios e ingresos y dividirlos en sobres en función de los gastos. En cada sobre se debe incluir una cantidad exacta que no puede superarse.

El método Harv Eker: Esta técnica propone crear un presupuesto basado en la cantidad de ingresos de que se dispone. Este presupuesto está basado en porcentajes. En total, seis. Y la propuesta es destinar 50% para gastos básicos, 10% para ocio, 10% para formación, 10% para inversiones, 10% para donativos y 10% para ahorro.

El método Kakebo: Llegada directamente desde Japón, está técnica categoriza tanto ingresos como gastos por temáticas temporales. Es decir, gastos semanales, mensuales, etc. De esta manera se tiene una visión más realista de la economía personal. 

Fórmulas de ahorro para un buen colchón financiero

Independientemente del método elegido para el ahorro, la cantidad que podemos asumir para reservar estará siempre vinculada con la relación entre los ingresos y los gastos. No obstante, podemos hacer uso de dos fórmulas para determinar cuánto dinero ahorrar para imprevistos

Se trata de una fórmula basada en ingresos y otra basada en los gastos.

Fórmula de gastos: Es un modelo menos conservador que recomienda una cantidad similar al capital de entre tres y seis meses de gastos. Es decir, si el salario es de 1800€ y tenemos unos gastos aproximados de 700€, el fondo de emergencias deberá oscilar entre 2.100€ y 4.200€

Fórmula de salario: Este tipo de método es más conservador. Recomienda un colchón financiero similar a seis meses de ingresos. Si tomamos el ejemplo anterior, mediante la fórmula del salario el colchón financiero debería ser, en condiciones idóneas, de 10.800€

Dónde guardar el fondo de emergencias

Aunque disponer de poco dinero ahorrado en nuestra cuenta puede ser un problema y generar inseguridad, guardar demasiado capital en la cuenta tampoco es favorable. Al menos, es una oportunidad perdida. 

Conocer cuánto dinero tener en un fondo de emergencia es bueno para empezar a ahorrar y disponer de una garantía ante imprevistos, pero también para saber con qué dinero podemos buscar destinos más productivos.

Y si superas el importe definido, con el exceso de liquidez puedes realizar inversiones que mejoren tu colchón financiero y darte algún que otro capricho o garantizarse una jubilación más cómoda. 

Si no dispones de capital ahorrado, fíjate un objetivo seguro y empieza a ahorrar mes a mes una cantidad, por pequeña que sea, hasta alcanzar el total recomendado. Una vez que dispongas de liquidez, plantéate invertir en productos de ahorro-inversión a medio y largo plazo. 

Y, sobre todo, revisa frecuentemente los valores recomendados de tu fondo de emergencia por si ha quedado desfasado. Te dará la tranquilidad que necesitas en tu día a día. No puedes prever el futuro y conocer los imprevistos que surgirán en tu camino. Pero sí estar preparado para ellos.